miércoles, 20 de agosto de 2014

Entre senderos y dehesas

Hace unos días, nuestro admin. Rubens propuso hacer una ruta hacia el pequeño pueblo andaluz de Sán Nicolás del Puerto, conocido por su piscina natural y las Vías Verdes cercanas al Cerro del Hierro.  
El lunes, con todo listo, saldríamos de Los Santos Rubens, su amigo Antonio y yo, Edu. 

Salimos de Los Santos a las ocho de la mañana. Nos quedaban por delante unos 100 Km y el día pintaba duro. Camino de Usagre, el viento sopla bastante fuerte, y, cómo no, de cara. 
Una hora después, tras recorrer unos 30 Kms, haríamos una pequeña parada a comprar fruta. 
Volvemos a arrancar , ya siguiendo el GPS, hasta llegar a Villagarcía de la Torre, a unos 13 Kms. Unos kilómetros antes de llegar, noto que mi cadena salta un poco, pero no le doy mayor importancia... Pero al entrar en Villagarcía...¡zas! ¡¡cadena rota!! 
Menos mal que todo estaba previsto y llevaba el tronchacadenas... Entre Rubens y yo lo reparamos en cinco minutos y seguimos, buscando un pilar para coger agua fresca.


Arreglando la cadena
Llenamos los bidones y seguimos rápidamente hacia Llerena, siempre en contra del viento. 
Hasta ahora, la ruta no está siendo muy entretenida, ya que el terreno es llano y no hay más que pistas.

Antes de entrar en Llerena, ¡¡rodamos por una zona digna de una Titan Desert!! Sólo vamos tres, pero levantamos una cantidad de polvo enorme, parece que vamos un pelotón entero. 
Una vez en Llerena, volvemos a rellenar agua y seguimos. Como nos coge de paso, decidimos visitar las ruinas romanas de Casas de Reina, pero al llegar, el recinto está cerrado. 
Hacemos algunas fotos y volvemos a las bicis, ¡¡ya hemos completado la mitad de la ruta!! 
Dejamos a la derecha Fuente del Arco, y saltamos algunas cancelas hasta encontrar el camino que marca el GPS. Comienza a aparecer el paisaje de dehesa, y llegan los primeros repechos. 
Unos kilómetros después, comienzo a sentirme mal, me noto vacío, casi incapaz de seguir. Paramos unos minutos, bebo agua fría y cojo unos higos, que parecen darme la vida. 
Tal y cómo habíamos decidido, desviamos el rumbo para comer en Guadalcanal. A los pocos metros de salir a la carretera, vemos una señal: 8%, 3 Kms. ¡¡Voy muerto y tenemos que subir un puerto!! 
Rubens y Antonio me adelantan, se imponen un ritmo más vivo mientras que yo lo subo bastante más despacio, y con dificultades al llegar a la mitad. Incluso doy algunos pequeños temblores, señal de que estoy algo deshidratado...
 Rubens me espera en la subida para hacer juntos el último kilómetro antes de la bajada, mientras que Antonio nos espera en lo alto. 
Encaramos la bajada ya relajados, sabiendo qué es lo que nos espera.. ¡¡la piscina!! 
Nada más llegar, nos sentamos, pedimos unos refrescos y a descansar se ha dicho... Dan las dos de la tarde. 
Hablamos con un socorrista, que por casualidad también es ciclista, y nos permiten guardar las bicicletas dentro. Cambiamos los culotes por el bañador, nos damos un chapuzón y nos vamos a comer. 
Tras la comida, no podía faltar una buena siestecita a la sombra. 
Después de la siesta y un café, nos volvemos a cambiar y volvemos a la carga. Pero Antonio y Rubens se dan cuenta de que llevo las dos ruedas flojas.
 Buscamos una tienda para comprar cámaras, inflamos las ruedas, y, a las siete de la tarde, dejamos Guadalcanal. Nos quedan sólo 25 Kms para terminar, ¡¡pero qué 25 Kilómetros!! 

Vamos siguiendo en todo momento la señal del GPS, y aúin así tenemos dudas en un tramo de cancelas. 
Finalmente cruzamos la correcta y seguimos por una dehesa, paisajes espectaculares con subidas no muy fuertes pero sí largas, que de nuevo me hacen quedarme un poco atrás. Tras una pequeña parada, volvemos a juntarnos para cruzar la cancela de salida y encarar un pequeño tramo de carretera. 
¡¡Y ahora sí que la liamos con el GPS y el mapa!!  El GPS marca a la izquierda, y Rubens dice que el mapa a la derecha. Giramos a la derecha, y, varios kms desués, nos damos cuenta de que estamos volviendo hacia atrás en vez de seguir la ruta. Miramos bien el GPS y el mapa, y resulta que ninguno de los dos estábamos mirando al mismo punto.. Tras encontrar el camino correcto, continuamos, ya con la puesta de sol de fondo.
Hacemos unos kilóemtros por carretera, pero al ir tan mal de tiempo no podemos seguir la ruta. 
Encuentro en el GPS un camino que nos llevaría directos a Alanís, y después a San Nicolás del Puerto. 

En el nacimiento del río Huéznar

El camino es precioso, con un paisaje de dehesa inmenso, rodeado de sierras, en los que vemos Meloncillos, Urracas e incluso algunos buitres sobrevolando la zona. Llegamos a Alanís ya de noche, a las diez. Rellenamos los bidones, ponemos las luces y ¡¡a rodar!! Nos quedan unos siete kilómetros a San Nicolás, así que subimos un poco el ritmo. Rubens y yo nos adelantamos unos metros, y al ser yo el único con una luz un poco potente, Antonio va casi a oscuras.
 A unos cinco kilóemtros del final, nos dice que ha pinchado y al rueda no le aguanta lo que queda de ruta...
¡¡Lo que faltaba!!
 En plena noche, arreglamos el pinchazo todo lo rápido que podemos y seguimos adelante. Llegamos a un cruce que de nuevo no sale en el GPS, pero por suerte viene un coche de frente y el paisano nos marca en el mapa cuál es el camino correcto. Ahora sí, sabiendo que estamos a cuatro kilómetros, apretamos el ritmo mientras yo intento mantenerme entre los dos para alumbrar bien el camino. Diez minutos después, vemos las primeras luces.. ¡¡Hemos llegado!! 
Nos vamos directos a la piscina natural, nos damos un pequeño baño y directos al chiringuito a cenar. Yo ni siquiera cruzo palabra mientras como, ¡¡estoy muerto de hambre!!

Tras la cena, subimos al parque para buscar un buen sitio para dormir. Encontramos un pequeño cuadro de césped en todo el parque, junto al nacimiento del río Huéznar, así que amarramos las bicis y nos metemos en los sacos. 


A la mañana siguiente, volvemos a encontrar mis dos ruedas flojas. Toca cambiar las cámaras para no arriesgar más. Compramos el desayuno y bajamos a la piscina natural. 
Después del desayuno, a base de pasta y bocadillos de chorizo, nos subimos a la bici para ir al Cerro del Hierro por la Vía Verde. 
Son unos 6 kilómetros muy cómodos, con una pendiente constante del 2-3%.


Tras unos viente minutos, llegamos al Cerro para visitar los senderos que ahora discurren por la antigua mina de hierro a cielo abierto. 
Las vistas y los miradores son espectaculares, el terreno de caliza se mezcla con el hierro y da un tono rojizo precioso al paisaje. 

Pasamos algo más de una hora en el Cerro, y bajamos de nuevo a San Nicolás por la misma Vía Verde casi sin dar pedales.
A las cinco y media, salimos hacia la estación de tren por otra Vía Verde preciosa, cruzando puentes y túneles, ¡¡disfrutando del paisaje agotando los últimos minutos antes de subir al tren y terminar la aventura!! 


Estadísticas de ruta 

Los Santos-San Nicolás del Puerto-Vías Verdes
152.55 Kms 
9:58 Hrs
15. 9 Km/ h Velocidad Med. 



''Nuestro camino no sigue prados de hierba, sino un sendero escarpado lleno de dificultades. Pero vamos siempre hacia delante, hacia arriba, hacia el sol. 
Pedaleando libres''

Agamenón