domingo, 17 de febrero de 2013

Prueba de la II Ruta Matanza y Pitarra Ribera del Fresno

Esta mañana, a las ocho, como de costumbre cualquier domingo, cuando el termómetro marcaba sólo 5ºC, me levanté para preparar la prueba de la 2ª edición dela ruta ''Matanza y Pitarra'' de Ribera del Fresno.
A las nueve, cuando ya estábamos Yolanda ''la presi'', Estrella, Diego, Pablo, Manu, Rubén y yo en Vistahermosa, partimos camino de Ribera. Frío y cielo con pinta de lluvia...
Descargamos las bicis, charlamos con los demás compañeros que hacían la ruta y pronto salimos.
Nada más salir, pensé ''la primera en la frente'',al ver un repecho que parecía más duro de lo que era.
El resto de mi grupo se quedó en la cola del pelotón, pero yo seguí  adelante con Rubén, Pablo y Manu en un pelotón que se estiraba cada vez más.
Lo que me habían contado sobre la ruta no tardó en aparecer... Bajadas técnicas lenas de piedra, barro, charcos incruzables, tramos de campo a través donde las ruedas se pegan al suelo...
Todo bastante bien hasta la mitad, al llegar a las ruinas de Hornachuelos. Tenía buenas sensaciones, me veía con ganas y fuerzas.
Me superaba a mí mismo cada vez que terminaba una subida. El pulsómetro no paraba de pitar (que se lo pregunten a Rubén) y subir cada vez más mis pulsaciones. Fui pasando a algunos compañeros,  cogiendo mi ritmo, echando alguna mirada atrás para ver lo que había subido. Poco después, Rubén y yo nos quedamos esperando a Pablo y Manu, pensando que venían detrás. Menuda cara de sorpresa puse cuando llegamos a la siguiente parada y los vimos con el resto del grupo. Resulta que los últimos del grupo éramos
Rubén y yo. De allí salía la desviación hacia el pueblo y hacia los últimos 17 km, rompepiernas, donde el grupo preveía que llevaría un buen ritmo (buff, todavía más rápido...).Al sentir que empezaba a llover, me fui al pueblo con Pablo y Manu. No nos equivocamos de decisión. Nada más cargar  las bicis en el coche empieza a llover. Toca refugiarse en la terraza de un bar y esperar a que lleguen los demás compañeros. Al cabo de un rato, les vemos aparecer.
Venían todos en un grupo con tres compañeros del club ''La Cañada'', (no deja de llover y los de la ruta larga todavía por ahí!!), las caras eran auténticos poemas, de cansancio, superación, frío...
Repetiremos oficialmente la semana que viene.


En mi opinión, no ha sido una ruta tan dura como me dijeron, iba cómodo sobre la bici y quizás con un poco de confianza de más al poner el ritmo.
Una buena ruta con muy buena compañía.